domingo, 24 de febrero de 2008

Rodrigo Silva

...era en su corazón bohemio el dueño de la luna y las estrellas. Digno poseedor del encanto de la noche. Que a su placer utilizaba para oscurecer la tierra y permitir que la luz tenue fluyera por sus venas. Empapando así a los demás corazones bohemios que se esconden en la cotidianidad.
Un avance ajajaj mugroso cuento q no he podido terminar... este es solo un pedazo que salio en Propedeutica jejej
Hace mucho que no escribía, pero qué más da.
CHAU Dios los bendiga
Rouse jajj

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